IMPORTANCIA DE CONTROLAR EL ESTRÉS

Cuando una persona experimenta un estado de tensión y ansiedad durante un período de tiempo continuo está viviendo lo que se conoce como estrés.

Además de la angustia o ansiedad que sentimos, durante el estrés se liberan una serie de hormonas desde el cerebro hasta todos los rincones de nuestro cuerpo, provocando un gran número de cambios físicos y fisiológicos, entre ellos una respuesta en las sensaciones de apetito y saciedad, y cambios en la utilización de energía de los alimentos por parte de nuestro organismo.

Cuando nuestro nivel de estrés es diario y constante, comienzan a aparecer síntomas causados por un desequilibrio hormonal. Entre estos síntomas se encuentran:

  • Irritabilidad
  • Cambios de humor
  • Fatiga
  • Dolores de cabeza
  • Palpitaciones
  • Acumulación de grasa
  • Hipertensión
  • Aumento de apetito o disminución de apetito
  • Afecciones gástricas: estreñimiento, inflamación.
  • Dolor muscular
  • Calambres

Estos síntomas afectan tu salud y calidad de vida.

La buena noticia es que hay muchas formas de controlar y reducir el estrés, es normal que en la vida pasemos por situaciones estresantes, lo importante es ayudar a nuestro organismo a enfrentarlas de la mejor manera.

Una actitud positiva y de paz siempre ayuda.

• Yoga •Ejercicio • Meditación

• Música • Respiración profunda • Lectura de libros

• Dormir lo suficiente • Atención plena

Alteraciones hormonales durante el estrés

El estrés crea una activación en el sistema neuroendocrino, acelerando el funcionamiento de las glándulas adrenales, provocando una serie de reacciones en cadena en distintas hormonas, siendo el cortisol la hormona con más peso dentro de estas reacciones y la cual altera en mayor medida el funcionamiento corporal.

Cortisol

El cortisol se ha establecido como la hormona del estrés. La razón es que el cuerpo, ante circunstancias estresantes o de emergencia, produce y libera grandes cantidades de esta hormona, la cual sirve como detonante para responder a dicha situación de forma rápida y hábil.

En circunstancias de normalidad la energía que genera nuestro cuerpo va dirigida a ejecutar las diferentes tareas metabólicas que mantienen el equilibrio de las funciones corporales. Sin embargo, ante la aparición de un evento estresante el cerebro genera una serie de señales que viajan hasta las glándulas adrenales, las cuales comienzan a liberar grandes cantidades de cortisol.

Una vez liberado el cortisol, este se encarga de la descarga de glucosa en sangre. La glucosa genera una gran cantidad de energía en los músculos, los cuales pueden moverse con mayor rapidez y ofrecer una respuesta al estímulo mucho más inmediata. Cuando el elemento estresante desaparece, los niveles de cortisol se restauran y el organismo vuelve a la normalidad.

Esta respuesta no es para nada perjudicial para la persona, en tanto en cuanto no se mantenga en el tiempo, cuando esto ocurre comienzan a aparecer todos los síntomas causados por una desregulación hormonal.

El glucagón

La hormona llamada glucagón se sintetiza mediante las células del páncreas y su principal foco de actuación se centra en el metabolismo de los carbohidratos. Esta hormona permite que el hígado libere glucosa en los momentos en los que nuestro cuerpo la necesita, bien por una situación estresante con el objetivo de activar los músculos o bien porque los niveles de glucosa en sangre sean bajos.

Ante una situación de emergencia o estrés, el páncreas libera grandes dosis de glucagón al torrente sanguíneo para cargar de energía nuestro cuerpo. Este desequilibrio hormonal, aunque útil en situaciones de amenaza puede resultar peligroso en personas que padecen algún tipo de desequilibrio con el azúcar en sangre (diabetes)

Prolactina

A pesar de que esta hormona sea conocida por su implicación en la secreción de la leche durante el periodo de lactancia, los niveles de prolactina pueden verse seriamente afectados ante situaciones de estrés que se prolongan en el tiempo, llegando a provocar hiperprolactinemia.

Esta mayor presencia de prolactina en sangre inhibe, mediante diferentes mecanismos, la liberación de hormonas hipotalámicas encargadas de la sintetización de estrógenos.

Como consecuencia, la inhibición de las hormonas sexuales femeninas acarrean en la mujer la reducción de los estrógenos, alteraciones menstruales e, incluso, falta de ovulación.

Hormonas sexuales

Ante circunstancias estresantes, las hormonas sexuales conocidas como testosterona, estrógenos y progesterona ven perturbado su funcionamiento normal.

La testosterona, hormona sexual masculina por mérito propio, es la encargada del desarrollo de las características sexuales masculinas, así como de la respuesta sexual. Cuando la persona experimenta niveles de estrés altos durante largos periodos de tiempo, la producción de testosterona disminuye.

Como consecuencia se pueden experimentar síntomas como impotencia, disfunción eréctil o falta de deseo sexual. Además de:

Cambios de humor, fatiga y cansancio constante, problemas para conciliar el sueño e insomnio,

Estrógenos

Los altos niveles de estrés disminuyen la liberación de estrógenos, perturbando el funcionamiento sexual normal de la mujer.

Progesterona

La progesterona se elabora en los ovarios y entre sus muchas funciones se encuentra la de ajustar el ciclo menstrual e intervenir en los efectos de los estrógenos, con la finalidad de que estos no sobrepasen su estimulación de crecimiento celular.

Cuando una mujer se ve sometida a situaciones o contextos estresantes durante mucho tiempo, la producción de progesterona disminuye, causando una gran cantidad de efectos y síntomas tales como fatiga extrema, aumento de peso, cefaleas, alteraciones en el humor y falta de deseo sexual.

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